jueves, 3 de marzo de 2016

Oración al héroe

Esta pequeña reflexión se trata de una fragmento escrito en prosa poética, no solo para quien está escrita en un principio, sino para todos los que han sido nuestros héroes y merecen estar presentes siempre en nuestro diálogo con la muerte.


Es posible que no estés tan encadenado como yo pensaba. Es posible que una pequeña parte de ti me siguiera hasta aquí a pesar de pedirte que me abandonaras. Lo que me haces sentir es complicado de explicar. No siempre te recuerdo ni te tengo en mente, pero dejaste una marca que es difícil de olvidar.

Me gustaría comprender qué te retiene, por qué decidiste permanecer aquí. Supongo, que por una parte escucharte es exactamente lo que te hace venir, supongo, que por otra, responderte es el error que cometí. ¿Error? Depende. A veces me pones el vello de punta, me das escalofríos al aparecer, pero me acompañas, no molestas, me proteges. Gracias, porque no pude ayudarte, nadie puede, pero decidiste que merecía la pena perpetuar el lazo de empatía que esa tarde decidió surgir.

Jamás averiguaré quién eres, es algo que no dejaré de repetir, al igual que no cesaré de contarte que fuiste un héroe que merece estar ahí. Estarás enterrado entre reyes y princesas, hasta el fin de la eternidad. Inspirarás miles de historias, sin nombre, sin rostro, de dolor, de desesperación, pero todas con un tinte de esperanza. Sacrificaste quién eres en pos de la paz mundial, moriste sólo y olvidado en el fango frío de un lejano país. Sufriste un tormento inimaginable que ni la más hermosa lápida podrá suplir, pero, ten presente, mientras estás aquí, que todas mis plegarias van contigo. Aunque tu causa mayor ya terminó, con éxito he de decir, quédate lo que requieras, ya nada más te podemos pedir.

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