jueves, 25 de febrero de 2016

La rueda

Este poema está dedicado a Pepi Sánchez, que recientemente me ha inspirado con su filosofía de vida y, además, me da compañía en mis duros madrugones todas las mañanas.

Giremos
acompañando al mundo,
pues no queda otro remedio.

Empujemos
con todas nuestras fuerzas
el engranaje del destino.

Observemos
el pasar de las escenas,
las luces que se apagan,
la lluvia que perturba.

Vivamos
evitando nuestras sombras,
buscando, los claros minutos
de la merecida recompensa.

Esperemos
sentados a la orilla,
nadando en aguas calmadas,
hasta que el sol salga.

lunes, 22 de febrero de 2016

Olvidarte

Lo primero que olvidaré será tu voz. Tardaré tan solo unos instantes en borrar de la memoria el sonido de tus últimas palabras, aunque tardaré más en borrar lo que significaron. Poco a poco, iré olvidando el tacto de tus manos sobre mi piel, de tus labios contra mi boca. Más despacio iré ignorando todo lo que se de ti, ese curso acelerado de tu vida, de tu alma. Tu rostro se irá difuminando en mis recuerdos hasta ser solo un borrón y, por último, ya nunca más podré versar sobre el color de tus ojos.

Mi memoria irá a parar al pozo del olvido, el lugar del que nada regresa por cuestiones de seguridad. Al principio costará enterrarlo todo, enterrarte, deshacerme del tiempo que estuviste en mi vida, de todos los instantes compartidos, de lo bueno, de lo malo, sobre todo de lo malo. Cada día, espero, será mucho más sencillo, hasta que llegue uno en el que, sin saber muy bien ni cómo ni por qué, estaré de nuevo frente a otra página en blanco, un lienzo de piel en el que escribir historias con colores que hoy desconozco. Mis manos estarán entre otras manos, más cálidas de lo que nunca estuvieron. Ya no seré capaz de evocar lo que ocurrió contigo, tampoco qué se siente al barrer los restos de cenizas. Habrá aparecido una nueva llama que queme hasta los huesos y caliente hasta el espíritu, una nueva llama que consumirá quién soy de nuevo. Cuando se marche, no quedarán imágenes del pasado, tan solo del nuevo presente, que, otra vez, tendré que volver a enterrar.

lunes, 15 de febrero de 2016

Una historia, mil caminos

La vida es una historia. Cada persona es la protagonista de la suya propia. Es como leer las páginas de un libro de "elige tu camino" en el que, cuando vas hacia el nuevo capítulo, se desintegra la otra opción. No siempre nos gusta la elección. Quizás la otra era más apropiada. Quizás era el camino que a pesar de todo debíamos seguir. Vivir es no arrepentirse por lo elegido, sino que se trata de entender cada palabra de cada página, de disfrutarla. Porque cada segundo es infinito en nuestra historia, un momento al que podremos volver eternamente.

Todas las palabras escritas en las hojas de nuestra historia, ya sean de dolor o de felicidad o pasión, han de ser amadas sin reparo, han de ser adheridas a nosotros, porque nos forman, nos enseñan quienes somos y nos muestran qué queremos ser. No importa el sufrimiento si de él experimentamos y extraemos hasta la última gota de dolor. No importa el amor si es tan solo cuatro letras, A-M-O-R, en el blanco lienzo del destino. Hay una diferencia entre vivir y estar vivos y, tan solo una, es la clave para ser feliz.

sábado, 13 de febrero de 2016

Musas

Hay personas que te inspiran en sueños. Hay personas que te inspiran despiertos. Curiosamente, casi todos los artistas importantes han tenido a su musa como amante. Siempre mujeres que en la cama los llevaban en volandas hasta ideas innovadoras. Amantes, porque el verdadero amor era su arte, el que los esperaba cada mañana al abandonar los cálidos regazos de otros cuerpos.

El arte es una esposa fiel, no te abandona. El arte no es celoso, te permite coquetear con otras ramas. El arte te espera, incluso cuando crees que no eres capaz de acceder a él. El arte se encuentra en todos y cada uno de los rincones de tu vida, te invade el alma. ¿Y las musas? Quizás son tan solo el recipiente de emociones, la forma humana que toma para poder mirarte directo a los ojos. Es posible que se haga carne para que, entre las curvas de su cuerpo y los pliegues de su piel, podamos acariciarlo, hacerlo estremecer. Se comunica con nosotros de mil formas, por una mirada, un abrazo, un contacto momentáneo. Nos extiende las palabras, melodías y colores, escondido en la realidad. Porque el arte es una musa, la mejor amante.

sábado, 6 de febrero de 2016

Hechos para los sueños

Y llegan de nuevo tus ojos. Puede que sepa cerrar las míos, puede que supiera mantenerme en el asiento de ese tren pegada a la barra de sujeción. Puede que mirarte me bastara en ese momento, que verte salir de la estación por un pasillo diferente solo me hiciera suspirar. Pero hoy, ayer, incluso quizás mañana, no podré quitarme del pensamiento la forma que tuviste de mirarme. Porque normalmente una vista clavada en un tren es desagradable e incómoda. En cambio, tú me mirabas con admiración, como si tuviera algo que jamás habías visto en tu vida, como si fuera un ángel especial caído del cielo para hacerte sonreír. Porque sonreías. Tus labios se tensaban viéndome reir al prestar atención a un niño, viéndome hablar con quien se sentaba a mi lado, viéndome devolverte la mirada.

Algo en ese azul celeste me cautivó. No se si fue el color que vi en mis sueños, el de esa cara que no tenía rostro y ese nombre que inventé. Resulta que a lo mejor eras tú, a lo mejor estamos destinados a esa noche en la mesa de la cocina, destinados a una noche insonme de café en la que tú lees mi novela mientras nuestro hijo duerme en su cama. Hechos para su pregunta “¿Dónde está papá?”, para tu viaje de negocios, para tu llegada, tus besos de buenas noches a los dos, para el amor incondicional de los sueños. Mientras esperamos a comprobarlo, piensa en nuestro cruce de caminos. No olvides mi cara, no olvides tu ternura. Recuerda mis ojos de color castaño y verde. Trata de pensar que nos bajamos a la vez y, por favor, no renuncies nunca a volver a mirar atrás de nuevo, como aquel día, cuando me observaste por última vez caminar hacia otro andén.